A veces las cosas raras que nos pasan son grandiosas, dice Mestre. Lo de la zanahoria también me lo explicó él: I can see the carrot at the end of the tunnel, respondía esperanzado un futbolista cuando le preguntaban por su larga recuperación. Error sobre error, la semana pasada dije algo sobre la zanahoria del final del mundo. En qué estariamos pensando Stuart Pearce y yo.
En qué momento escribimos que no hay luna llena sin mañana de san Juan. Nos dio la corriente, ¿recuerdas?.
En la noche de las hogueras, Sidonie estrena El Incendio, su nueva canción. Una de las cosas raras premeditadas más bonitas del mundo. Y yo tiré un cohete en la misma plaza en el que lancé el último veinticinco años antes. Alguien nos llevó a un bar medio heavy ¿y el otro medio qué es? pregunté. Simpathy for de devil ya no tiene letra, el cantante de la orquesta pasa de todo. Y yo, en Cadillak, nena. Y muy cerca de salir volando al Cambrils del 2003, porque me gusta ver esa foto cuando hago la siesta.
Yo sigo siendo un medium, que es lo que me salva y me quita la responsabilidad de elegir mi camino. Que ya no soy el que era, tío.
Això no t'ho perdonaràs. Otra Cantavellada que tumba.
2 comentarios:
un Cadillac como el del Hard Rock?
like this, like that
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