Qué absurdo, soñé que mi padre moría y que mi madre me decía que mirara el lado bueno, que ahora tendríamos más tiempo.
La plaza Virrey me recuerda a mi padre. Él me enseñó lo de las hojas mágicas, y me lo enseñó allí.
Llevo todo el día obsesionado con esas hojas secas de la plaza Virrey. No le encuentro una explicación, las tiras al aire y bajan dando vueltas como una hélice. Es muy emocionante. No sé cuánto rato podría pasarme sentado allí viéndolas caer. De día la plaza es mucho más bonita. No hay parejas...
Tengo que dejar de soñar con mi padre. Aunque la verdad es que la interpretación de los sueños me importa un pito. Lo que de verdad me importa es la frase me importa un pito.
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