La sensación de llover no se puede recordar, sólo lo sientes cuando está pasando. Desenfrenadas ganas de volver a casa caminando con paraguas robado, de limpieza infinita, de proceso, de absolutamente algo.
Certeza de que la lluvia es mía, de hallazgo, de detector de dioses y, la verdad, emoción muy íntima y hasta ganas de llorar. Me estremezco y me parece que os estremecéis todos. ¿No era sencillo? Sólo necesitaba tiempo.
No quiero que pare. Truena y se ensombrece la ciudad.
La sensación de llover no se puede recordar, sólo lo sientes cuando está pasando. ¿como el verdadero amor?
4 comentarios:
nada como una buena tormenta, pero cuando digo buena, digo de esas que te sobrecogen, rayos, truenos y viento , de esas que te hacen pensar en quedarte en la cama a oir como cae sobre el tejado de uralita del patio de luces, de esas que te hacen saber lo insignificante que eres, de esas qen las que gaia demuestra que no esta derrotada aun.
... aunque nada como un buen huracán...
Cuando me dicen que llueve pienso: ¿Cómo va a llover si llevo paraguas?
llueve, luego existo.
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