Hay músicos que sólo salen en los medios para decir que los medios no les apoyan.
Al bloqueo del escritor, al temor de la página en blanco yo me compro muchas libretas de tapa dura y colores brillantes, selecciono cuidadosamente el interior; ahora se lleva las pautadas, nada de cuadrículas. Los separadores también pierden fuerza esta Navidad.
Pensaba yo tras uno de mis famosos solilóquios de miércoles night que no me hice entender suficiente. Es que yo también, intentar expresar en qué se basa la intención de mis próximas canciones... Ni yo mismo lo sé. Pero es algo, no sé. Algo. Espera que lo intento:
Linealidad brillante, madurez semioculta, frescura no caduca pero no perenne. Bah, a la mierda.
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Que tengo el fijo cortado por no pagar a tiempo a telefónica. Y he hablado con ellos cuatro veces. Resumo:
1) Una agente me informa de que se da de baja la línea por impago. Para reactivarla hay que pagar los recibos pendientes y esperar 20 días para que se reestablezca el servicio.
2) Llamo al día siguiente para comunicar que el pago está hecho y para solicitar previsión de la fecha del nuevo alta. La operadora es tajante: 48 horas y todo listo.
3) Tras una angustiosa espera de 96 horas, me pongo en contacto con Telefónica para que me cuenten qué pasa. Ah, nada,
que me tienen que devolver 60 euros en las próximas facturas en concepto de una no utilización del servicio y que además en unos meses deberé pagar 30 euros que es lo que vale el alta nueva. Eso sí nada de tener línea hasta el 17 enero. Ah, está muy bien.
4) Llamada a traición a las 8 de la tarde de un miércoles. Me preguntan si quiero conservar el mismo número de teléfono que tenía. Pongo en conocimiento de la operadora que no huyo de la justicia ni nada parecido, y que mi numeración y yo siempre nos hemos llevado bien. Dicho lo cual me
indican (que es un verbo que odio) que el servicio se reestablece en 48 horas.
Hace ocho años que me di de alta en Telefónica y ya por aquél entonces escribí mis vivencias en un papel. Había nacido "Diviertete con telefónica 1a parte". Lamentablemente aquél papelajo ha desaparecido o lo que es peor está con los otros en mi minotaurico altillo de los papeles.
Mamá, te indico que vendré a cenar en Nochebuena.
Y más que la tristeza de hacerlo a media tarde, me angustiaba ver que cada vez anochecía más pronto. Es la cruz de los optimistas; motorizar la bicicleta, ergonomizar el autobús. Enarbolar banderas harapientas, insignificantes. Deslumbrarse (en el mal sentido) ante lo que muere dicendo: esto vida trae. Proponerse, medirse, tomar el mando, parece un signo zodiacal. Pero es amor a la vida, así de sencillo.